A través de la convivencia diaria, la formación y práctica de valores, así como del intercambio de experiencias con nuestros padres y hermanos (as) así como con nuestros abuelos, tíos y primos, donde se desarrolla y fomenta la unión familiar, que no es fácil de construir ni mantener porque requiere disposición, esfuerzo y paciencia diaria que no todos estamos dispuestos a ofrecer.
Por otro lado, analizando un poco más, podemos ver que la tolerancia, el respeto y los valores, aunados a lo anterior, representan los clavos fundamentales para lograr la cohesión entre personas con distintas capacidades, cualidades y formas de pensamiento, pero el amor, que se traduce en el querer y aceptar a los miembros de la familia como son, con sus defectos y virtudes, es en realidad la base sobre la cual se edifica todo, un compromiso de vida.
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